15 Preguntas con Respuesta para una Entrevista de Trabajo

Las entrevistas de trabajo pueden ser todo un reto, pero con la preparación adecuada podrás destacar entre los demás candidatos. Aprende cómo responder a las preguntas más comunes de entrevista, demostrar tus logros y causar una impresión que te acerque a conseguir el empleo que deseas.

Marta Fernández Ferreira

Por Marta Fernández

  • 14 de Octubre de 2025
  • Lectura de 18 minutos
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Superar una entrevista de trabajo no es solo cuestión de suerte. Requiere estrategia, práctica y una buena dosis de autoconfianza. Cada respuesta que das es una oportunidad para mostrar quién eres y por qué eres la persona ideal para el puesto.

En esta guía encontrarás una recopilación completa de preguntas de entrevista y ejemplos de cómo responderlas con éxito. Te mostraremos cómo enfrentarte a las preguntas más comunes mejor que la mayoría de los candidatos y cómo aprovechar la entrevista para conocer más sobre el puesto y la empresa.

Las preguntas más comunes en una entrevista de trabajo

Aunque cada entrevista es diferente y algunos reclutadores pueden sorprenderte con preguntas más creativas, existen ciertos temas que casi siempre aparecen. Conocerlos de antemano te ayudará a prepararte mejor y a responder con seguridad.

Lo más habitual es que te pidan que te presentes brevemente, hables sobre ti —algo parecido a la descripción personal del currículum— y menciones tus principales fortalezas y debilidades.

También es muy común que te pregunten cómo has afrontado determinadas situaciones en el trabajo, sobre todo aquellas que implican retos o conflictos. Este tipo de cuestiones se conocen como preguntas de entrevista conductuales o situacionales. 

Además, puedes esperar preguntas sobre tus experiencias laborales anteriores, tus objetivos profesionales y tus expectativas respecto al puesto.

Más preguntas de entrevista laboral con ejemplos de respuesta

Las preguntas más comunes no son las únicas que pueden surgir durante una entrevista. A continuación, encontrarás otras preguntas que los reclutadores suelen hacer, junto con una breve explicación sobre por qué las plantean y ejemplos de respuesta que puedes adaptar a tu experiencia.

1. ¿Dónde te enteraste de esta oferta de trabajo?

Aunque parezca una pregunta sencilla, tu respuesta puede aportar mucha información al reclutador. Lo que se busca con esta pregunta es conocer cómo llegaste a la empresa y, al mismo tiempo, evaluar tu nivel de interés por el puesto.

Aprovecha la oportunidad para:

  • Mencionar si alguien te recomendó para el puesto, ya que demuestra que cuentas con una referencia dentro de la empresa.
  • Destacar que realizaste una investigación previa, lo cual refleja que te preparas antes de postularte.
  • Mostrar tu entusiasmo por la empresa, sobre todo si ya la conocías o seguías su trabajo.

Puedes decir algo como lo siguiente:

“Mi objetivo era incorporarme a una agencia de marketing reconocida, así que mientras investigaba en LinkedIn vi la oferta publicada por OffBrand. Me llamó la atención su estilo de comunicación y su enfoque creativo. Después de revisar su portafolio y conocer mejor sus valores, tuve claro que era el lugar ideal para seguir desarrollando mi carrera.”

2. ¿Qué te motivó a solicitar este puesto?

Aunque la respuesta más sincera pueda ser “necesitaba un trabajo”, es importante evitar ese enfoque. Con esta pregunta, el reclutador busca entender tus motivaciones reales y comprobar si el puesto encaja con tus objetivos profesionales y con tu trayectoria laboral.

Tu respuesta debe reflejar que:

  • El puesto está alineado con tus metas y proyección de carrera.
  • Tu experiencia previa aporta valor y tiene sentido dentro de este nuevo rol.
  • Puedes contribuir al crecimiento de la empresa gracias a tus conocimientos y habilidades.

Por eso, antes de la entrevista conviene investigar sobre la empresa y analizar con detalle la descripción del puesto. Cuanto mejor entiendas lo que buscan, más fácil será adaptar tu respuesta:

“Este puesto representa una oportunidad perfecta para combinar mi pasión por la tecnología con mi interés en crear productos de alta calidad. He trabajado más de cinco años como desarrollador de software antes de dar el paso hacia la gestión de producto. Gracias a mi experiencia técnica, puedo alinear las expectativas del cliente con lo que realmente es posible llevar a cabo. Así, se logran soluciones efectivas que satisfacen al cliente sin sobrecargar al equipo.”

3. ¿Crees que estás sobrecualificado para este puesto?

Esta pregunta puede parecer incómoda, pero en realidad es una oportunidad para demostrar honestidad y equilibrio. El reclutador quiere saber si realmente te interesa el puesto o si podrías aburrirte y marcharte pronto.

Según un estudio del Eurostat, un 35% de los profesionales considera que está sobrecualificado para su trabajo actual. Esto puede implicar que:

  • No están siendo remunerados de acuerdo con su experiencia o formación.
  • Sienten que no tienen posibilidades de crecimiento.
  • Carecen de motivación o satisfacción laboral.

Desde el punto de vista del empleador, contratar a alguien sobrecualificado puede suponer un riesgo si la persona no planea quedarse mucho tiempo. 

Por eso, lo ideal es mostrar interés genuino por el puesto, explicar qué te motiva realmente y cómo encaja con tus objetivos profesionales.

Puedes contestar del siguiente modo:

“Sé que mi experiencia es amplia, pero me motiva la posibilidad de aplicar mis conocimientos en un entorno diferente. Busco un trabajo donde pueda aportar desde el primer día, pero también seguir creciendo profesionalmente. Este puesto me parece una excelente oportunidad para hacerlo.”

4. ¿Cómo manejas la presión o el estrés?

Esta pregunta es muy habitual en las entrevistas y no es casualidad: numerosos estudios demuestran que el estrés puede afectar negativamente la motivación, el rendimiento y la satisfacción laboral de un empleado. 

Si el puesto en cuestión implica un alto nivel de presión (y seamos sinceros, muchos trabajos hoy en día lo hacen), el entrevistador querrá asegurarse de que sabes gestionar esa presión de manera efectiva.

Dicho esto, también es responsabilidad del empleador ofrecer condiciones laborales razonables, así que tú también puedes —y debes— preguntar sobre los posibles factores que podrían aumentar el estrés en el puesto:

“He pasado por situaciones de agotamiento laboral, lo que me llevó a replantearme cómo gestiono mi tiempo y mi equilibrio entre trabajo y vida personal. Ahora confío en mi capacidad para manejar el estrés, detectando las señales tempranas y actuando antes de que afecten a mi trabajo. Si me permite preguntar, ¿cuáles considera que podrían ser los principales factores de estrés en este puesto?”

5. ¿Eres más un jugador de equipo o una persona independiente?

Para responder bien a esta pregunta, es importante tener en cuenta las expectativas del puesto. Por ejemplo, si estás optando a ser jefe de departamento y dices que “prefieres trabajar solo”, podría ser una señal de alerta. Pero tampoco conviene fingir ser “el alma de la fiesta” si en realidad prefieres concentrarte en tu trabajo o incluso en tu perro antes que en grandes reuniones.

“Me gusta trabajar en sintonía con los demás, ¡creo que las mejores ideas surgen de la colaboración! Sin embargo, también soy capaz de actuar de manera autónoma. Sé trabajar de forma independiente, planificar mi estrategia personal y ejecutarla eficazmente, asumiendo la responsabilidad de los resultados.”

6. ¿Qué es lo que más te atrae de esta empresa?

Esta es la manera perfecta de comprobar si realmente llegaste preparado a la entrevista. No es casualidad que preguntas como “¿Por qué quieres trabajar aquí?”, sean un clásico: los reclutadores quieren asegurarse de que tú:

  • Te tomas este puesto en serio.
  • Has investigado sobre la empresa.
  • Realmente te interesa la compañía.
  • Sabes a lo que te estás comprometiendo.

Los estudios demuestran que las expectativas incumplidas de los empleados generan menor lealtad y productividad, lo que provoca una alta rotación. ¿Sorprendidos? Para nada. 

Por eso, debes mostrar que hiciste tu parte investigando cómo es realmente trabajar en esa empresa:

“¡Me alegra que lo pregunte! Durante mi investigación y mientras preparaba mi candidatura, me impresionó lo organizado que parecía todo. Cada detalle estaba bien pensado y cada paso era una continuación lógica del anterior. Y ahora que he tenido la oportunidad de hablar con usted y sus compañeros, me doy cuenta de que Chia-Valry realmente funciona así. Para un puesto como el mío, que requiere mucha creatividad, es fundamental contar con procesos bien definidos en los que puedas confiar. ¿Mi impresión es correcta?”

7. ¿Estarías dispuesto a mudarte?

No hay ningún secreto en esta pregunta. Si la posibilidad de reubicación entra dentro de las condiciones del puesto, es fundamental evaluar cuidadosamente los pros y contras antes de tomar una decisión. 

Recuerda que no tienes por qué responder de inmediato: es un compromiso importante, así que conviene preguntar al responsable de selección cómo la empresa gestionaría la mudanza, si ofrecen ayuda con el alojamiento, etc.

Aquí un ejemplo de cómo contestar: 

“Es una posibilidad que estoy totalmente abierto/a a valorar, aunque antes necesitaría conocer más detalles. ¿Tenéis experiencia trasladando a otros empleados? Me gustaría saber un poco cómo sería el proceso y qué tipo de apoyo ofrecéis.”

8. ¿Cuál fue el último libro que leíste?

Probablemente, una de las preguntas más curiosas en las entrevistas, tiene como objetivo que el responsable de selección conozca un poco más tu personalidad. Hoy en día no es tan habitual como antes (la pregunta, no tu personalidad), pero conviene tener un libro en mente. Si por casualidad fue 50 sombras de Grey, quizá mejor elige el anterior.

Lo ideal es que el libro tenga alguna relación con tu trabajo, aunque no es obligatorio. Haz un breve resumen y explica por qué te gustó:

“Soy un gran aficionado a la lectura sobre creatividad y estrategia, así que el último libro que leí fue El arte de la estrategia de Dixit y Nalebuff. Explica cómo tomar decisiones complejas de manera lógica, cómo anticipar los movimientos de los demás y cómo planificar estrategias efectivas. Muchos de los conceptos se pueden aplicar al marketing y la gestión de proyectos, así que me sorprendió descubrir que podía usar ideas del libro directamente en mi trabajo.”

9. ¿Alguna vez has tenido un error importante en el trabajo?

Nadie es perfecto. Pero, ¿por qué querrías “tirarte piedras a tu propio tejado”? No te preocupes: el objetivo del entrevistador no es buscar tus defectos. 

Lo que realmente quiere evaluar es cómo gestionaste una situación difícil y, sobre todo, qué aprendiste del error.

Aquí un ejemplo de cómo contestar:

“Acababa de ser asignado a un nuevo proyecto con responsabilidades desconocidas para mí. Sentí un poco de síndrome del impostor y tenía miedo de no estar a la altura. Al temer pedir ayuda y mostrar una ‘falta de competencia’, terminé completamente agotado y tuve que retrasar una presentación importante casi una semana. Aunque esto no afectó la finalización del proyecto, me hizo replantearme completamente mi forma de trabajar. Aprendí a comunicarme, a no dejar que los problemas lleguen a un punto crítico y a pedir ayuda cuando realmente la necesito. Esto me convirtió en un mejor profesional y un mejor compañero, y estoy agradecido por haber aprendido de esta experiencia.”

10. ¿Podrías explicar este periodo sin trabajar en tu historial laboral?

Tener una pausa en tu trayectoria profesional no es nada de lo que avergonzarse. Ya sea porque te tomaste un tiempo para estudiar, por motivos de salud o simplemente porque necesitabas un respiro, cualquier razón es válida. Lo importante es la honestidad.

No intentes ocultar ese período ni inventar historias. Eso sí, enfócate en los aspectos positivos: se trata de cómo puedes explicar y justificar esos periodos.

“Sí, tuve un período de aproximadamente seis meses en 2018. Varios factores influyeron en esa decisión: estaba agotado tras tres años de ritmo laboral muy intenso, contaba con ahorros y había un viaje que llevaba años posponiendo. Aproveché ese viaje, y fue una oportunidad maravillosa para replantearme mis objetivos, reflexionar sobre mi carrera y regresar con nuevas ideas y aspiraciones.”

11. ¿Te sentirías cómodo trabajando para alguien que sabe menos que tú?

¡Vaya pregunta! Esta es una de esas preguntas trampa con una clara doble intención. El entrevistador no quiere medir tus conocimientos, sino evaluar dos cosas muy concretas:

  • Cómo te percibes y cómo te valoras a ti mismo.
  • Cómo tratas a los demás, especialmente a tus superiores.

Lo que NO debes decir:

“Ni de broma. No voy a trabajar para un novato sin experiencia.”

“¿Y por qué iba a tener mi jefe menos experiencia? ¿Acaso debería dirigirle yo?”

Una respuesta adecuada podría ser:

“Creo que si alguien ocupa un puesto de responsabilidad, posee las habilidades necesarias para el cargo. Estaría encantado de aprender de esa persona y también de compartir mis conocimientos.”

12. ¿Cómo era tu jefe anterior?

Como dice el refrán: “No hables mal del pasado”. En una entrevista, no hables mal de tu antiguo jefe, pase lo que pase.
Tarde o temprano, este trabajo también será un “ex” para ti, y tus posibles compañeros no querrán enterarse de que hablas a sus espaldas cuando te vayas. 

“Un gerente con una visión y expectativas muy claras. Aunque no siempre estuvimos de acuerdo, estoy muy agradecido por todas las lecciones que aprendí de él. Era bastante estricto, pero gracias a eso aprendí a organizarme mejor, gestionar mi tiempo y asumir la responsabilidad de mis acciones. También aprendí a detectar señales de alerta al asumir un nuevo puesto y a expresar mi opinión de manera constructiva.”

13. ¿Por qué te despidieron?

Si es tu caso, esta pregunta no es una invitación a desahogarte. Sé honesto, pero siempre con educación y profesionalidad. Recuerda que, si mientes, es posible que el reclutador contacte con tu antiguo jefe para verificar la información.

Mantén la respuesta breve y centrada en los hechos: explica lo que ocurrió y, sobre todo, qué hiciste para evitar que vuelva a suceder (a menos que fuera por un motivo externo, como un recorte de personal).

“Estaba en periodo de prueba y, durante el primer mes, me di cuenta de que el puesto no se ajustaba a lo que buscaba. Esto afectó mi motivación y, por tanto, mi rendimiento. Aun así, en ese momento no me sentía preparado para iniciar una nueva búsqueda de empleo. Evidentemente, mis resultados reflejaron esa falta de conexión y la empresa decidió no renovar mi contrato. Aunque fue una experiencia desagradable, me ayudó a entender qué busco realmente en un trabajo y que no debo conformarme con menos.”

14. ¿Por qué has cambiado de trabajo con tanta frecuencia?

Si has cambiado de empleo varias veces, seguramente tuviste buenas razones. Ahora tu objetivo es convencer al entrevistador de ello. Puede que fueran circunstancias personales, un cambio en la empresa, una oportunidad profesional mejor o incluso una etapa como profesional independiente.

En cualquier caso, céntrate en los aspectos positivos: las experiencias que has ganado, las habilidades que has desarrollado y cómo cada cambio te ayudó a reorientar tu carrera hacia tus verdaderos objetivos.

“Nunca fue mi intención cambiar de trabajo tan a menudo. Me encantaba mi puesto en Eureka, pero lamentablemente la empresa tuvo que trasladar su oficina a otra ciudad. Por motivos personales no podía mudarme, así que tuve que dejarlo. Después me incorporé a Restart, pero pronto me di cuenta de que el puesto no se ajustaba a mi nivel de experiencia. De mutuo acuerdo con mi jefe, decidimos que lo mejor era buscar un rol más alineado con mis competencias y objetivos profesionales.”

15. ¿Cuáles son tus expectativas salariales?

Si hablamos de expectativas, esta es una de las preguntas más esperadas al final de una entrevista. Puede parecer intimidante, por eso es importante prepararla con antelación.

“He investigado los rangos salariales para este tipo de puesto en el sector y creo que una banda entre [X] y [Y] euros anuales sería razonable, en función de las responsabilidades finales del cargo y los beneficios asociados. De todos modos, estoy abierto a escucharlo y seguro de que podremos llegar a un acuerdo justo para ambas partes.”

¿Se puede estar preparado para absolutamente todo? Probablemente no. Pero sí puedes afrontar cualquier pregunta con seguridad y un toque de humor. A veces surgen cuestiones creativas o inesperadas —como la famosa “Si fueras un animal, ¿cuál serías y por qué?”— que buscan simplemente observar cómo reaccionas ante situaciones imprevistas.

Las mejores preguntas que puedes hacer tú en una entrevista de trabajo

¿Sabías que tú también puedes —y debes— hacer preguntas durante una entrevista?

Es una excelente forma de mostrar interés por el puesto y la empresa, demostrar que conoces el sector y que te preocupa encontrar un entorno que encaje realmente contigo.

Tómate un momento antes de la entrevista para pensar bien qué quieres preguntar. Así evitarás quedarte en blanco por los nervios y aprovecharás al máximo esa oportunidad. Piensa en los temas que son importantes para ti, los que influyen en tu desarrollo profesional o aquellos que podrían ser un “punto decisivo” para aceptar o no una oferta.

Algunas preguntas adecuadas para hacer al final de una entrevista son:

  • ¿Cómo es un día típico de trabajo o el tipo de proyectos que se gestionan en este puesto?

  • ¿Cuáles son los principales retos de esta posición?

  • ¿Cómo es el proceso de incorporación y formación inicial?

  • ¿La empresa ofrece oportunidades de aprendizaje o recursos para el desarrollo profesional?

  • Si existen posibilidades de crecimiento, ¿cuál suele ser la trayectoria típica para este rol?

  • ¿Cuáles son las expectativas de rendimiento y cómo se evalúan los resultados?

También puedes hacer estas preguntas a lo largo de la entrevista, si el momento lo permite, aunque normalmente los reclutadores dejan un espacio al final para ello.

Recuerda que estas preguntas son solo una guía: adáptalas a tu estilo, a tu situación y a lo que realmente te interese saber sobre la empresa o el puesto.

Puntos clave para preparar tu entrevista

Para dar las mejores respuestas en tu entrevista y dejar una impresión memorable, quédate con estas reglas de oro:

  • Investiga y prepárate a fondo. La preparación es la base de la confianza.

  • Sé siempre honesto/a. La sinceridad se valora mucho más que una respuesta “perfecta” pero falsa.

  • Sé conciso/a y ve al grano. Evita dar detalles irrelevantes o demasiado personales.

  • Enfócate en lo positivo. Transforma cualquier desafío o error del pasado en una lección aprendida que demuestre tu crecimiento.

  • Jamás hables mal de tus antiguas empresas o jefes. La profesionalidad y la lealtad son rasgos muy atractivos para cualquier empleador.

Marta Fernández Ferreira

Marta Fernández

Redactora Web en asesoría laboral

Marta es redactora profesional especializada en orientación laboral, con formación en Traducción e Interpretación y un máster en Comunicación Internacional. Cuenta con amplia experiencia en la creación de contenidos sobre empleo, currículums y desarrollo profesional.

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